Distribución digital, cultura participativa y documental transmediático
Artículo de Chuck Tryon originalmente publicado en Jump Cut. A Review of Contemporary Media, núm. 53, verano 2011. Traducción: Elena Oroz
Internet y la tecnología digital han supuesto un revulsivo para la no ficción. Ha sido el documental activista el que mejor ha sabido aprovechar sus posibilidades, no sólo en lo referente a financiación y distribución, sino también para promover discusiones políticas entre la audiencia, buscando implicación más allá de su visionado. Este artículo explora, desde la perspectiva de la producción y la recepción, las posibilidades y limitaciones de esta nueva alianza entre el documental y la red, enmarcándolas en una cultura participativa más amplia en la que si bien los espectadores han dejado de ser “consumidores pasivos” también se corre el riesgo de caer en el simple “clictivismo”.
Por Chuck Tryon | 18 Sep 11
En diciembre de 2003, Robert Greenwald dio a conocer Uncovered: The Whole Truth about the Iraq War (Al descubierto: Guerra en Irak) a una audiencia entusiasta que se congregó en unas 2.600 reuniones domésticas e informales a lo largo de Estados Unidos. La película, que convocaba a un buen número de prominentes expertos que desbarataban los argumentos esgrimidos por la administración Bush durante la guerra de Irak, llegó al público pocos meses después de que comenzara su producción y ofreció lo que, en aquél momento, suponía una de las críticas más mordaces a la incongruencia de las pruebas esgrimidas para justificar la guerra. Si Greenwald fue capaz de distribuir el filme tan rápidamente fue, en parte, porque se benefició de redes sociales existentes creadas por organizaciones progresistas y de base como MoveOn.org y AlterNet y de grupos de expertos, como The Center for American Progress, para organizar reuniones informales en las que el público podía encontrarse con otras personas que ya estaban involucradas en discusiones críticas en torno a la guerra[1]. La distribución on line también facilitó las discusiones en torno al filme y estas reuniones fueron a menudo subrayadas por constituir espacios alternativos[2] en los que los participantes podían debatir los temas propuestos en el documental.